MariaE. Turismo y Mas te cuenta acerca del Boom que esta causando el Ecoturismo a nivel del mundo


Boom del ecoturismo

La confluencia de factores disímiles ha propiciado el boom del turismo de naturaleza desde los años 90, incluida la corriente conocido como ecoturismo. Cansados de la oferta más común de sol y playa, los viajeros han salido a la caza de nuevas experiencias, menos pasivas y más enriquecedoras. En la búsqueda de escenarios que lo alejen de las tensiones urbanas, el tránsito vehicular y el estrés laboral cotidiano, las personas buscan un acercamiento más estrecho, directo y activo, pero a la vez más responsable y respetuoso hacia la naturaleza y las expresiones socioculturales autóctonas de los lugares visitados.

Ni lenta ni perezosa, la industria del ocio ha desplegado opciones para agregar valor comercial a sus ofertas y atender esa demanda. 

Como trasfondo, a escala global ha crecido la conciencia ecológica ante el preocupante deterioro ambiental del planeta en que vivimos, mientras los países y comunidades dependientes del turismo han comenzado a adoptar una actitud más firme para proteger sus recursos naturales. 

El triunfo del Corredor Ecológico del Noreste boricua no es casual. En mi opinión, confirma la fortaleza que ganan gradualmente las políticas que apuestan en el Caribe a un desarrollo verde o sustentable, concepción fundamental para un sector que constituye la columna de la economía regional. 

“El Caribe es hoy la zona más dependiente del turismo en el mundo, por lo que cualquier amenaza a la sostenibilidad de la industria turística representa para nuestra región un problema mayor que para cualquier otra en el planeta”, afirmó a fines del año pasado el secretario general de la Organización de Turismo del Caribe (CTO), Hugh Riley. Aludía tanto al riesgo de desastres naturales –huracanes, inundaciones, terremotos, etc.-, como al desastre humano de la explotación desmedida.

No existen estadísticas confiables de la práctica del turismo de naturaleza en el mundo. De hecho, muchos visitantes hacen reservaciones en hoteles tradicionales, pero practican alguna forma de ecoturismo. No obstante, datos parciales confirman la fuerte expansión de esta alternativa. 

Desde 1990, ha crecido a un ritmo entre el 20% y el 34% por año, según Lisa Mastny, del Worldwatch Institute, hasta alcanzar en la década pasada entre el 7% y el 10% del total global de turistas. La OMT juzgó que el turismo de naturaleza había crecido tres veces más rápido que la industria del ocio en su totalidad en el 2004. Los estimados actuales confían en que los ecoturistas están aumentando entre un 10% y un 12% por año, contra menos de un 4% que la OMT pronostica de crecimiento del turismo para este año.

La importante feria de Berlín, ITB, confirmó en el 2011 que los segmentos de más fuerte crecimiento en esa industria eran el turismo ecológico y el de aventuras.

De cualquier manera, esta es una modalidad de pequeña escala o grupos reducidos de visitantes, en oposición al turismo de sol y playa. Por tanto, no es previsible que alcance en el corto o mediano plazo una participación mayoritaria en las corrientes de viajeros. Si, además, defiende el menor consumo posible de recursos no renovables, ¿por qué las compañías turísticas y las economías locales están apostando con fuerza a esta alternativa?

A las virtudes ambientalistas y culturales mencionadas, se suma un detalle importante: los visitantes comprometidos con alguna variante de turismo de naturaleza invierten más tiempo de estancia y gastan mucho más que en el turismo masivo. 

La derrama económica es más sustanciosa para las comunidades locales, además. El 80% del dinero gastado en paquetes “todo incluido” va a las líneas aéreas, las cadenas hoteleras y otras compañías internacionales. En cambio, los llamados eco-hoteles contratan y compran en la localidad; y a veces queda hasta un 95% del dinero en la economía local, según una estudiosa, Martha Honey, de TIES.

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